Filosofo y escritor francés, lector de los clásicos franceses, en 1915 conoció a Paul Nizan, con quien inició una estrecha amistad.
En 1943 publicó El Ser y la Nada, su obra filosófica más conocida, versión personal de la filosofía existencialista de Heidegger. El ser humano existe como cosa (en sí), pero también como conciencia (para sí), que sabe de la existencia de las cosas sin ser ella misma un en sí como esas cosas, sino su negación (la Nada).
La conciencia sitúa al hombre ante la posibilidad de elegir lo que será; ésta es la condición de la libertad humana. Eligiendo su acción, el hombre se elige a sí mismo, pero no elige su existencia, que le viene ya dada y es requisito de su elección; de aquí la famosa máxima existencialista: «la existencia precede a la esencia».
El existencialismo de Sartre, afirma que el hombre comienza por existir y sólo después será tal como se haya hecho, porque el hombre no será otra cosa más que eso. Es ante todo un proyecto y es responsable de lo que es.
El primer paso del existencialismo es poner en el hombre la total responsabilidad de su existencia y la de todos los demás. Porque al elegirse a si mismo está creando también una imagen del hombre tal como considera que debe ser.
Así, su responsabilidad es mucho mayor de lo que podríamos suponer, porque lo compromete a él y también a toda la humanidad.
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